jueves, 15 de marzo de 2007

Zoe y sus zoettes

¿Quién es capaz de distinguir a Mischa, nicole y Lindsay? Sólo su superestilista, la increíble y omnipresente Rachel Zoe.

Hace tiempo que campa por Los Angeles una superestilista de celebrities llamada rachel Zoe. Su influencia es tal que las revitas anglosajonas an amplado su pequeño diccionario slang del estilo (el mismo que recoge términos como “glamorista”, la nueva fashionista; o “p-diddy”, bara libre de champán en una fiesta) con una nueva palabra, “zoebot” (pronunciado zobot). ¿Su significado? Chica joven y bonita que viste bajo la influencia de Zoe, es decir, gafas y joyas enormes y vestidos largos setenteros (Vogue inglés dixit). Según esto, zoebots son Lindsay Lohan, Mischa Barton y Nicole richie, toas pertenecientes al selecto club de clientas de Zoe, todas jóvenes, hiperdelgadas… y con un talento aún por demostrar. El nivel de clonación del trío llega al punto de generar tal confusión (¿acaso es alguien capaz de distinguirlas?) que no son pocos los que se preguntas si no se intercambiarán la ropa, las joyas, las caras, las carnes y hasta los puestos. Porque, ¿quién va a darse cuenta de que la que recoge el premio al look más cool es Mischa cuando la premiada era, pongamos por caso, Lindsay? Nadie se percataría. De verdad. Y más si va acompañada-accesoriada, cogida de la cintura como es lo habitual, por la increíble Rachel Zoe, una marca en si misma.
Lo curioso es que el fenómeno no se repita con el resto de sus clientas, un total de quince entre las que se cuentan Keira Knightley, Demi Moore o Maria Sharapova, a las que viste con una media de 6000 dólares diarios. Pero ellas existían antes de Zoe. Las Zoettes no. Ellas tienen su propio estilo. Las Zoettes no.
Rachel reina indiscutiblemente en Hollywood. Su poder está al nivel del más feroz de los publicistas y del agente más avispado. Licenciada en Psicología y Sociología por la George Washington University, declara en la revista W que ella no es una estilista de celebrities, sino simplemente una estilista, que más que una shopaholic es una workaholic y que lo que realmente le gustaría es acabar de directora creativa de una casa con historia, como Halston o Yves Saint Laurent. De darse el caso, distinguir a Mischa, Lindsay y Nicole sería más difícil todavía.
Olga Ruiz (sacado de Vogue España)
Interesante artículo, penosa opinión. ¿Alguien es capaz de distinguirlas? Si sólo se refiriera al estilismo pudiera darle la razón (pero aun así las veo distintas). Si ya se refiere a sus rostros y carnes intercambiables… Bueno. Pues sí. El resto del mundo puede.

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