martes, 19 de junio de 2007

Actualmente me cae muy bien la gente de este grupo, incluso la música, aunque no quiera ir mucho más allá del “canta mis canciones” *. En particular me gusta la cantante, Maja Ivarsson. Hay un par de anécdotas que ayudaron a fomentar mi apreciación por ellos. Una fue sobre uno de sus vídeos, que rodaron en LA en el que había un montón de chicas que simulaban ser strippers e incluso alguna llegaba a enseñar los pechos. Era una broma sobre mira que ir allí que es la meca del cine porno y tener que conformarse con algunas modelillos mojigatas de tercera o cuarta. Este tipo de conexiones entre porno/erotismo y pop podrían dar lugar casi a un blog especializado. La extensión del asunto asustaría. La otra es aún más curiosa. Hablaban sobre la exclusión que sentían hacia ellos por actuar en algunas fiestas en jornadas o eventos gay. Como si los promotores consideraran que se habían cerrado las puertas a un público generalista o que no eran un show digamos “seguro”. Lo que llevó a las reacciones de fans y medios. Según la lógica vigente, en este grupo de rock/pop new wave de chicos con chica al frente preguntaron a aquellos miembros que tuvieran el poder para tomar esta decisión que afectaba de forma crucial a la repercusión del grupo, porque además de morbo, cotilleo, daba otras lecturas a las letras de las canciones. Así que preguntaron al compositor, o al guitarrista, o al batería o al bajista. A todos ellos que eran heteros.



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