miércoles, 9 de enero de 2008

Al final me compré la revista. Ahora mismo me odio por haber desperdiciado ese dinero que podría haber invertido en mejores cosas, pero eso es otra historia. Supongo, que si voy resoplando cada vez que paso una página tengo un problema con la revista. No creo que sea la línea editorial ni los contenidos. “The Wire”, “Mondo Sonoro” o “NME” tienen unos intereses, unos gustos y un público que quieren hacer suyo. A mi no me parece malo nada de eso. En algunos casos coincido y en otros discrepo. Mi problema debe ser doble: el grado de empatía y el uso de unas formas pseudo-poéticas en las críticas que deberían ser detallistas pero no dicen nada más que vaguedades.

En el fragmento de la crítica del disco de Burial, tras encuadrarlo en una cadena de artistas “grandes” y “buenos”, termina diciendo “la soledad era esto”. A mi entender existen múltiples maneras de entender la soledad que no tienen que ver con lo que expresa este disco. Puede parecer una patochada lo que estoy diciendo, o una exageración, pero una de dos, o todas esas otras formas de soledad no lo son o la única válida es la que se propone. Como cuando Mariano Rajoy habla de los “españoles de bien” para referirse a los posibles votantes de su partido. Y ni siquiera he empezado a hablar de los sentimientos que me produce el disco en particular, que al menos para mi no tienen nada que ver con la claustrofobia, la oscuridad ni la soledad. O como cuando usan la expresión “bomba de relojería” para referirse a “Umbrella”. Una bomba de relojería son una serie de mecanismos, partes y circuitos ensamblados de forma que estallen en un momento preciso. Pillo la analogía, pero eso lo podríamos decir de cualquier canción y si me apuran de cualquier libro, película o cuadro. No hay nada específico sobre la canción, a menos claro que algo forzadamente queramos ver relación con lo artificial del mundo de la música R&B (equipos de producción y de escritores de canción trabajando conjuntamente para desarrollar, crear y ensamblar las piezas necesarias para crear un efecto específico). En fin, The Dream dice que escribió la canción en 15 minutos, pero no resulta extraño que hablen más de Jay-Z que del autor del tema. Hay que mantener los tópicos. Todavía chirría más cuando deciden buscar indicios de que el estribillo es una invitación a la sumisión por parte de Rihanna. Primero, a mi no parece sumisión, alguien mencionó a Badiou, sobre como una relación amorosa puede cambiar por completo tu forma de encarar a la vida y el hecho de que aunque esta cese puedas permanecer fiel a las implicaciones y los presupuestos que la animaron, a aquel espíritu de cambio (y sí, ese podía haber sido yo). Segundo, si esta canción es una bomba de relojería, por qué cuando se conoció generó tanta decepción e insultos (el hilo que se montó en Dissensus fue particularmente bochornoso por como se les vio el plumero a muchos de los “haters” después). Tercero, debemos pensar que esta canción la escribo Tarius “The Dream” Nash sin ningún cliente en mente (la canción le fue ofrecida a Mary J. Blige entre otra gente), alguien que tituló su primer disco “Love Hate” por el siguiente motivo:

“It's short for love me all summer, hate me all winter, because they love you when you hot and when you're cold they don't," The Dream explained. "I'm hot right now and they love me, but I was cold and they wasn't fuckin' with me”.

Pero esa relación entre la cruda autosuficiencia de marcada masculinidad heterosexual del escritor (y colega del productor del tema de Rihanna) y la extraña desnudez emocional que generan sus canciones en las voces de otros interpretes está completamente ausente de la reseña. Era más importante mencionar (ellos ya lo sabían) que la muchacha ya apuntaba maneras sampleando a Soft Cell o robando a New Order, algo que supongo no sabrían los lectores porque no debieron hablar de ella hasta este disco. Ya saben, la música negra está siempre en crisis desde hace casi dos décadas salvo por destellos puntuales. Página 53 de este número. Es la extraña sensación de inferioridad que genera la autoridad de la expresión de las personas escritas que firman las reseñas explicando lo evidentes que son los motivos de su elección. Creo que es lo “evidente” lo que detesto. “l nuevo disco de Panda Bear es una obra maestra” "El agua hierve a 100 grados centígrados”. El método científico se basa en la demostración objetiva de un hecho bajo circunstancias controladas para que todo el mundo con posibles pueda reconstruirlo y comprobar su veracidad con sus propios ojos. El agua hierve a 100 grados con la presión ambiente ya que este varía según estas sea distinta. Igualmente, el disco de Panda Bear es una obra maestra bajo circunstancias controladas o perspectivas selectas si lo prefieren, pero no es una verdad universal. El debate sobre el porqué o la transmisión de la explicación de las bondades de dichas perspectivas es algo que nunca se produce. ¿Por qué esa canción de Timbaland es de las mejores del año y no otra?¿Y ese disco de un artista pero aquel no? ¿De verdad “Take Me to the Riot” es mejor que el 99% de todas las canciones de música negra del año? Es algo asumido, natural, invariable, algo que todos sabemos. Ha sido particularmente preocupante cuando me he encontrado pensando que quizás tengan razón, que estoy equivocado, que no quiere mirar a las cosas como son y sólo quiero esconderme del mundo, a los 15 minutos de estar mirando la revista. La misma sensación de tratar de convencerme a mi mismo que en ese disco había muchas más cosas de las que estaba escuchando y que tenía que profundizar hasta verlo. No, gracias.

Supongo que pongo las listas después, si estoy muy aburrido.

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