Hace poco he visto “London” de Patrick Keiller, una película que en el círculo de amistades de K-punk es muy apreciada, admirada y estimada como una de las mejores películas que el Reino Unido ha producido en toda su historia. Uno que ya iba advertido sobre como era la película, un film-ensayo con imágenes de lugares de Londres y una narración más o menos accesoria, quedó aparte de agradado por el visionado, iluminado en múltiples sentidos. ¿Hasta que punto esta película animaba muchos de los temas tratados por el famoso blogger? ¿Y hasta cual, la película que uno veía estaba parasitada por las ideas y visión del mundo del otro? ¿Es la “deriva” musical, sobre drum’n bass, música ambient y piezas de Coil, sobre los que aparecía un recitado de textos, titulado “Londonunderlondon” que K-punk compuso para un programa de Resonance FM, un guiño/homenaje a la película?
La ciudad, con su arquitectura y su urbanismo, donde se da la mano el funcionalismo, lo atroz, los descampados, los altos edificios, los lugares plagados de historia y los edificios de alquileres bajos, las cafeterías de snobs y los mercados populares, marcando el destino de sus habitantes, condenándolos a la soledad y a vivir recluidos. El peso de la política y la historia, las condiciones de vida y las distintas clases sociales. La degradación de la piedra, las derivas por una ciudad que en ocasiones es completamente irreal, la fuerza del estado y la presencia del terrorismo como un fantasma que nos persigue. Como los lugares donde se parieron obras maestras de la literatura, han de ser derrumbados para dejar espacio para grandes complejos de oficinas que costarían el valor de múltiples hospitales, la soledad de las calles, los ritmos de vida marcados por los horarios de trabajo, los pequeños lugares donde parece surgir una vida que la ciudad se ha empeñado en destruir, el propio estilo de expresión del monólogo y sus puntualizaciones. Unas foticos:

Y ahora siete palabras para describir “High School Musical 2”:
Atrofiada
Sensual
Aburrida
Agria
Problemática
Sin magia.

Los números musicales (que al final es lo que queda), comparten algunas de esas características, así que sólo un par de ellos son realmente disfrutables sin que la muy cargante trama de la película haga aparición y nos devuelva a la “realidad”. Y, supongo, spoiler, el desenlace de la película tiene una de las metáforas sexuales menos sutiles vista en tiempos.