viernes, 9 de noviembre de 2007


ERIKA _ FANTASY _ PV
Uploaded by sek0001

Una de las canciones que me han gustado este año ha sido “Fantasy” de ERIKA. La acumulación de capas de sonidos con unas texturas tan perfiladas como irreales en el mundo acústico natural, unidos a las dinámicas de anticipación/liberación, el uso de ciertos efectos y su propia estructura circular, conseguía trasmitir de manera convincente la ensoñación y la sensación de una realidad desconocida donde todo es posible de nuevo. En realidad, “Fantasy” era la parte débil del doble single (una táctica habitual en el mercado japonés) que formaba junto a “FREE” (que llegó al número 1 de las listas de ventas) en la reinvención como cantante de la actriz y antigua gravure idol, Erika Sawajiri.


ERIKA - FREE
Uploaded by Jmusic60


“Free”, como su nuevo sencillo “Destination Nowhere” descansa en una estructura de rock llano de formas eléctricas, muy comercial, melódico y medianamente emocionado e intenso en su presentación formal, sabio en su construcción pero conservador en el fondo, lleno de recursos (instrumentales, compositivos, estructurales) conocidos dispuestos por su modo efectivo (y afectivo), lo que no impide que en muchos momentos sirva para más que mucho otro rock más “arriesgado” que se las da de sensible. No digo que este otro estilo no pueda ser interesante o “bueno”, digo que la otra canción me toca de maneras distintas y encuentro en ella posibilidades que me resultan más peculiares e intrigantes, al menos en este momento de mi vida.


ERIKA - Destination Nowhere (PV)
Uploaded by -Kingyo-


En cualquier caso, al tratar de contextualizarla y llegar a un fansite cuyos contenidos podía leer, descubría que estaba en medio de una tormenta mediática por la que había pasado en unos meses de ser una de las mujeres más queridas del país a la más odiada. De hecho, la cosa estaba tan mezclada que salía en votaciones como icono de la moda o seguía siendo valorada como uno de los modelos a imitar dentro de las famosas del país. El hecho es que la muchacha debido a un hecho en particular, y a una serie de situaciones que reforzaban una lectura en ese sentido concreto, había tenido que aparecer en entrevistas televisivas confesándose y llorando, hacer notas públicas disculpándose ante sus fans y haber perdido algunos de sus contratos profesionales por la mala publicidad que le reportaba a sus anunciantes. Muy Kate Moss ¿no? Bien, hay un vídeo de lo que hizo. Y fue esto:

Estar arisca, o si prefieren con un humor de perros, por vaya usted a saber que motivos personales en una presentación de la película “Closed Note” donde participaba. Hacer su trabajo, pero no hacerlo de manera “profesional”. De hecho, los rumores decían que su mal humor se debía a que no había podido terminar de maquillarse. Lo cual es verdaderamente ridículo pero nos ayuda a pensar en el modelo de mujer vana y soberbia que padece la antipatía del público por no agradecer de manera constante e inequívoca todas las gracias que le han sido concedidas. Soslayando el hecho de que esto muestra a las claras lo machista que puede ser la sociedad (y la japonesa en los sitios que quiere lo es con avaricia) y el hecho de que para mucha gente eso (su carrera) sea una “oportunidad” que se tiene y no el resultado de hacer un montón de sacrificios por un trabajo (muy bien remunerado), es algo, que como en el caso de Britney Spears, o en menor medida, Soraya Arnelas en el caso del “poyeya”, o de cualquier grupo de chicas que son tratadas como arribistas sociales sin talento alguno buscando dar un braguetazo, apunta con precisión, la otra parte que se suele olvidar al enunciarse las formas de la sociedad del espectáculo.

El ejemplo arquetípico que se nos presenta es el de un interprete que no nos dice absolutamente nada de valor y mediante el cual en vez de salir llenos por haber asistido a una experiencia estética, salimos drenados y vacíos emocionalmente, aunque nos digamos lo bueno que ha sido y no recordemos nada a los cinco minutos de abandonar nuestra posición en ese teatro de la representación. De hecho, el modelo, obviamente es aplicable en la mayoría de los campos que nos rodean: cine, literatura, periodismo, política, etc. Pero tan importante como el hecho de ese artista nulo está la realidad de que es el público el que se rebelaría contra cualquier salida del guión pre-establecido que no se corresponda con la fantasía adquirida. Además que el ejemplo, es un tanto sesgado y nos hace identificar como espectáculo un solo tipo de actuación.

En el caso de la Spears, desde luego es curiosísimo observar, la manera en que el cinismo y la supuesta inteligencia de nuestras voces no dejan de reforzar de manera inequívoca este sistema inhumano. En su famosa actuación en los MTV Awards, aparte de los comentarios sobre si estaba gorda (habiendo tenido dos hijos, estando retirada y habiendo participado de varias terapias de rehabilitación en un periodo de tres años), lo que uno traslucía de las generosas ristras de insultos que se vertieron en múltiples blogs, foros, páginas webs, periódicos, medios de comunicación y en las secciones de comentarios, no era el hecho que de que hubiese fracasado en su vuelta a los escenarios. De hecho, lo que se daba uno cuenta era que cualquier cosa que pudiera haber intentado hubiera sido inútil ya que eso estaba decidido de antemano, aunque seguramente no de forma tan “consensuada”, lo que realmente molestaba a toda esta masa tan crítica era que no lo hubiera intentado. Es decir, que le hubieran negado la posibilidad de ver como se aplicaba con todas sus fuerzas y su imagen de artista se convertía para su gozo en su imagen pública personal, por ejemplo, resbalando y desparramando los sesos por el escenario, para así poder utilizar nuestro vitriolo sobre lo drogada y la clase de personas estúpidas que representan (¿ven?) nuestra sociedad.

De hecho, la misma actitud, aparece de forma continuada en todo lo que hace. El videoclip de “Gimme More” ha sido criticado por lo cutre que parece, por la manera en que aparece como una puta, etc. etc. Habría que plantearse las concepciones sociales tan “progresistas” y los estigmas que esos comentaristas tan afilados colocan sobre todas aquellas que personas que por circunstancias o creencias personales toman ese camino como una posibilidad profesional o si no consideraban que esta señorita ya era un “puta” y que sólo era cuestión de tiempo actuara como tal. El hecho, es que si este videoclip perteneciera a otro artista, recibiría comparaciones con el David Lynch de “Inland Empire”, pero al pertenecer a ella, sólo representa la falta de presupuesto, de autoestima, la cutrez y en lo básico, todo aquello que no queremos ver: la sordidez, la mediocridad, la insustancialidad de nuestras vidas. Después siguieron sobre la falta de éxito del single, cuando es su canción que más alto ha llegado en las listas de ventas desde “Baby One More Time”. Y después al aparecer el disco, los comentarios de que era un disco hecho por sus productores y que la voz estaba tan tratada porque ella estaba tan indispuesta por cualquier motivo imaginable como para dar una nota en su sitio. No es como no hubiésemos estado leyendo desde hace una década como era la personificación de una cantante sin alma, cerebro o talento que existían gracias al autotune y que eran al arte lo que la repostería industrial rellena de chocolate a la alta cocina. Venga, que ya nos conocemos. Seguro que tener esa opinión y sus claros valores morales superiores, le permiten reírse de comentarios como “que sus hijos son unos errores tan monos”, “como a los caballos con una pata rota, habría que retirarla y pegarle un tiro” o mi favorito “ojala siga así y mientras aún esté buena pueda encularla en una caravana en Texas por un par de grandes dentro de un par de años”. Seguro que se lo merece. Pero por si acaso no se imaginen si ustedes tuvieran que pasar por lo mismo. Sería indecoroso.

El hecho, es que leer los comentarios sobre el nuevo, o cualquier disco de Tom Waits, Radiohead, M.I.A., Bjork, la Joanna Newsom/Anthony & the Johnsons/Devendra Banhart de turno o la enésima representación del artista torturado “reputado” y “de verdad”, que aglutina en una figura mesianica una serie de valores que creemos cambiarán el mundo sin tener que mover nuestro culo nada más que para comprar la última entrega, se puede leer de la misma manera espectacular. Todo lo que hagan será transgresor, artístico o mostrando el zeitgeist de esta sociedad. Es decir, el mismo guión aprendido, aunque con valores opuestos, que en la situación anterior. Pongámonos tres días en cola o perdamos la mañana delante del ordenador, para poder sentarnos en las butacas de un gran teatro para que desde el escenario nuestro artista nos haga creer el hecho de que estamos viviendo una experiencia única, que estamos participando de la cultura, que de hecho, somos especiales y tan únicos como nos creemos por dentro, y que esto es el comienzo de esa vida que entresoñamos para nosotros la mayor parte del tiempo. La misma ceremonia de mierda de siempre. Siempre pueden matar al mensajero si no les gusta el mensaje.

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