miércoles, 30 de mayo de 2007

Esta mañana, mientras me ponía en marcha y trataba de terminar los textos más largos (y más interesantes y más difíciles de terminar) para el blog, me puse a leer el blog de David Toop (sí, tiene uno). De repente menciona de pasada las películas wu xi pian y como le gustaría tener una copia bien restaurada de “A Touch of Zen”. Curiosamente tengo esa película bajada de internet, pero nunca me había puesto a verla. Quizás por mi falta de dominio del mandarín y la ausencia de subtítulos, pero seguramente sea por vago. Pero algo se despertó dentro de mi, y sentí la necesidad de ver esa película como si fuera a morirme en ese mismo momento y no quedara otra opción para hacerlo. Así que me puse a mirar por la habitación y a ponerla patas arriba, buscando y encontrando cosas que no había visto en años. Repentinamente me encontré mirando en la pila de cds que no recordaba tener en la estantería. Por no recordar, no recordaba ni que tuviera esos discos, cubiertos de polvo, completamente olvidados. He seguido horas tratando de encontrarla. Al final apareció, tras mirar en todos lados, y las piernas por un momento se me volvieron de goma al bajarme la adrenalina. De hecho casi me caigo al suelo. Curiosamente al hablar con mi hermana me he enterado que ciertamente, mi vida había cambiado radicalmente de dirección justo esta mañana. Estas cosas viscerales siempre son curiosas de contar.

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