lunes, 28 de mayo de 2007

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Miley es Hannah Montana, pero sin embargo resulta que no es Miley Cyrus. Hannah Montana es una estrella discográfica que como Ziggy Stardust no existe en la realidad pero publica discos (en el sello de Disney). Sin embargo Miley Cyrus es quien interpreta a Hannah y también tiene un contrato discográfico, solo que no para la misma compañía (para Hollywood Records). O bueno, ese era el plan original, pero como hablamos del mundo de Disney, ni dios sabe realmente como acabaran siendo las cosas hasta que no puedas consumirlas.
Por ejemplo, la primera banda sonora de la serie, se retrasó cerca de un año, hasta hacerla coincidir con la publicación de la primera temporada en DVD, al principio del curso académico. Lo que no deja de ser curioso, porque entonces el disco se quedo clavado casi un mes en el número uno de ventas en EE.UU. y al poco tiempo había sobrepasado el millón de ventas. No parece gran cosa, pero el disco que más vendió el año pasado por aquellas tierras fue el del grupo country Rascal Flatts, con tres millones de copias, seguido de cerca por el de “High School Musical”. Esto llevó a una serie de curiosos artículos al finalizar ese año, sobre como los artistas de Disney habían salvado a la industria de la debacle. Es decir, cuando se dieron cuenta de aquello de que dos son coincidencia y tres son un movimiento (el tercero en discordia fue la b.s.o. de “Cheetah Girls 2”). Los artículos estaban llenos de referencias a estrellas ridículas que eran versiones mini del mundo adulto, y el poder económico de los críos y un montón de cosas por el estilo para hacer lo de siempre, tratarlos como basura.

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No se lo digan a esos críticos tan inteligentes, pero no salvaron a la industria, solo marcaron la tendencia de la desaparición de los artistas generalistas y el incremento de las ventas en los mercados nicho. Si el mundo de Disney es una realidad paralela, no está tan alejado de lo que puede ser pertenecer uno al movimiento gótico, metal, indie, emo, hardcore, etc. Los artistas más importantes publican discos y los fans compran lo físicamente porque lo consideran algo más que un producto, alcanzando notorias posiciones en las listas de ventas y cifras de ventas nada desdeñables al terminar la carrera comercial de estos. La teoría económica de “la larga cola”. En fin, demasiado para los críticos de rock. Mírenme a mi. Ya saben que no dan para más. Para celebrar ese éxito Disney reedito la banda sonora añadiendo una canción más e incluyendo un DVD completamente distinto al que incluía la primera edición. Pero esos gestos sacaperras son algo asumido. Si quieres el póster de “High School Musical 2” comprate el DVD suelto de “The Private Suite of Zach & Cody”. Bueno tras esta intro larguísima, lo que quería contar de verdad.


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Ya se ha anunciado la edición de la banda sonora de la segunda temporada y esta incluye el primer disco en solitario de Miley como bonus. Una estrategia traumática (la artista real es el plus), aunque efectiva (todo fan de Hannah acaba escuchando el de Miley aunque este sea un desproposito (cosa que desconozco), así que se igualan ventas (Miley puede decir que vende tanto como su alter ego) y se reducen costes promocionales y de distribución).

Y entonces es cuando leo la noticia de que el padre de Miley, Billy Ray Cyrus, se prepara para publicar nuevo disco, tras ser una de las estrellas más populares del country durante los noventa pero pasar de moda ante gente como Tim McGraw o Toby Keith, y rematarse tras publicar un disco acorde con su reconversión al cristianismo. Por señalar lo obvio, aprovecha el impulso que tiene ahora mismo su hija (él interpreta a su padre en la ficción) y el single de adelanto es uno que trata de su relación con su hija y lo que supuso que esta tuviera que cambiar de residencia para poder grabar la serie. Además en esa campaña de relanzamiento estuvo su participación en “Dancing with the Stars” (aquí “Mira quien baila”). Y aquí, a continuación, para tirar por tierra cualquier posibilidad de ser tomado en serio, tienen sus ocho (sólo he encontrado siete)participaciones. ¡Además la banda sonora es increíble! The Clash, Johnny Cash, Tina Turner o James Brown para bailar el tango, el quickstep o un vals. ¡Viva el imaginario colectivo norteamericano!












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