sábado, 26 de mayo de 2007



Puedo estar equivocado, o haber adecuado el término a mis intenciones, pero creo recordar que existe una categoría llamada letfield electronica, que incluye a cualquier música que se aparte de las tendencias habituales (baile, IDM, abstracción, relajación/exploración). Una de las virtudes de que en la actualidad cada señor o señorita con un sueldo fijo pueda montar su propio sello discográfico, es que, en ocasiones, se publica música que no se casa rápidamente con las etiquetas habituales. No digo que esto necesariamente haga a esta música mejor. Es música informada para gente informada, música de gente que ha escuchado miles de discos para gente que prefiere volver a gastarse doscientos euros en una nueva copia que tener que vivir la pesadilla de tener que buscar donde está la que tiene entre todas las decenas de miles de vinilos que poseen. Tal vez sólo sea música que evoca otra o que busca explorar los espacios sugeridos en los discos de otra época, o son mixturas fascinantes desde el punto de vista conceptual o sonoro. No es necesariamente así, pero si es gente que está muy metida en determinadas regiones musicales. A lo mejor tampoco es así, y es música para conocedores, que ya tienen una determinada edad y no tienen tiempo ni ganas para aguantar según que tonterías y pretensiones. Estos artistas, letfield-algo, o como uno los llama “los niños destemplados” por la reacción que le despiertan, podrían ser los siguientes, por ejemplo: Hot Chip, Various Artists, el nuevo de Matthew Dear en solitario, Shackleton a ratos, Gavin & Delia, la gente de Ghosth Box en sus momentos más difusos, desde luego Mordant Music o Kelley Polar.
Este último acaba de publicar un ep, estrenar videoclip y terminar de grabar disco que se publicará antes de año. Este hombre era el que se encargaba de tocar y componer todas las orquestaciones de los discos de Metro Area y ya había publicado eps bajo un cuarterto a su nombre y un disco en 2005 en solitario, para alguna gente completamente arrebatador, para otros bonito pero erm… Aparte del hecho que la música no me termine de emocionar, arrebatar o arrastrarme, la acogida y la exposición que se hace de algunos artistas suele ser criminal. Al señor Polar viendo que le interesaba la música disco, tocaba la viola, tenía formación clásica y hacía canciones poco convencionales lo compararon con Arthur Russell. No tiene ni pies ni cabeza, ni hay una influencia directa aparte de los elementos mencionados. Acabo de leer una entrevista suya, y realmente no me ha gustado el exhibicionismo que hace de sus problemas mentales para presentarse como único y especial (aunque lo sea en realidad). También hay un montón de ideas interesantes, anécdotas jugosas y asociaciones que, por repetirme, suenan interesantes y no aburren, pero no me hacen aguardar impaciente para conseguir su música. Trataremos de darle una oportunidad.
Ya que hemos mencionado a Arthur Russell, creía haber leído sobre una biografía suya que estaba a punto de caer, y lo que ya no estoy seguro es si se trata de la misma que está escribiendo Tim Lawrence. En cualquier caso, si cumple lo prometido, el vacío que va a ocupar la obra de este escritor no tiene precio. Aparte de esta biografía, ya publicó “Love Saves the Day”, para algunos, el libro fundamental sobre la escena de DJ’s de Nueva York en los setenta, y promete que este tendrá dos continuaciones: el correspondiente a los años ochenta y el de los noventa.

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