domingo, 21 de octubre de 2007

Grime, grime more

Cuando uno compra un recopilatorio lo que uno compra es una perspectiva. El estado ideal de uno con respecto a una escena sería aquel en el que se conociera los grupos, los artistas, tanto estética como personalmente, los repertorios y como estos crecen o se extinguen en los conciertos. Como estos van apareciendo en maquetas, dubplates, singles y discos. Comprar todos los discos, escuchar los programas de radio, las distintas apariciones en televisión, los cotilleos, los rumores, las improvisaciones. Y a partir de esa amplia prueba documental fundamentar la reflexión, la opinión y la interpretación de uno. Ese estado “natural” se parece a las asíntotas en matemáticas. Hay infinitos puntos cada vez más cercanos al valor deseado, pero ese valor nunca es alcanzable por la función.

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Además en el día a día, el dinero de uno es bastante restrictivo para la amplitud que tienen algunas escenas (¿Quién puede comprar todos los discos indies? ¿todos los discos de hip-hop?). El estado opuesto a ese conocimiento es (obvio) el desconocimiento. Desconocimiento por inaccesibilidad a las fuentes, por distancia geográfica, por el sistema de valores que hemos asignado en nuestra soledad a la música. O simplemente que no hemos escuchado nada. Así que la idea del recopilatorio funciona como una introducción, un repaso, un atajo, etc. para conocer una escena (o un estilo) musical. De este modo adquirimos, las canciones más vendidas, las más populares, las mejores, las que más significan para nosotros, las que son 100 % ese sonido, aquellas que en conjunto implican las direcciones y transmiten la vitalidad de una escena. ¿La pega? Que normalmente lo hacemos una vez cada año y con cierto retraso, así que la vitalidad en la actualidad es para nosotros una verdadera incógnita.


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La idea de la emisora pirata Rinse FM, de iniciar una serie de discos, mezclados o no, de carácter mensual seleccionados por la DJs de la emisora (o no), plantea una serie de cuestiones cuando menos interesantes. La primera es por su viabilidad comercial. Uno ha de imaginar que haciéndose con la serie, en un año tendrá 12 compacts, en dos 24, etc. con el gasto económico que plantea. Esa misma periodicidad se convierte en homogeneizadora. Podrían poner un adhesivo en el que uno pudiera leer: “Este recopilatorio no es especial”. No hay sensación de acontecimiento. Además la propia vitalidad de la serie depende del vigor que tenga la escena, en este caso, los sonidos urbanos del underground londinense (grime, dubstep, funky house, bassline house en un par de meses) y eso apunta a un público numeroso pero especializado. Lo cual no deja de ser un signo de estar dentro de la escena, un guiño.

Pero a la vez, es una idea muy brillante, que llena todo un nicho a nivel comercial. Los dubplates que pinchan en los clubs, no suelen publicarse hasta pasado un tiempo, no todo el mundo compra vinilo, no todo el mundo quiere todo el CD, alguno sólo quiere escuchar en un formato decente esa línea de bajo que no se puede quitar de la cabeza. Y esta serie, con una buena distribución, puede llenar ese espacio de manera admirable. Y también peligrosa. Imaginen si por ejemplo, el dubstep crece hasta convertirse en un género donde se maneje mucho dinero y esta serie se muestra como la forma accesible de entrar, el elemento más visible. ¿Cuál sería el valor que tendría para un artista o una compañía discográfica poder licenciar sus temas y de esta manera hacerse conocidos?

En este blog ya hemos hablado del concepto de “long tail” o “larga cola”. La dicotomía underground/overground se sustenta en una realidad material. Si uno va a unos grandes almacenes, los discos que encontrara no serán todos los que existen publicados, sino aquellos con una distribución más potente o con una mayor proyección mediática. Y será más sencillo buscar una tienda especializada que poder contar con el hecho de poder buscar artistas menos populares en ese momento en las grandes superficies. Este hecho se basa en la ley de la oferta y la demanda. Uno tiene unas estanterías y un almacén con un espacio limitado, y si no le resultan rentables determinados productos, prescinde de ellos para potenciar aquellos que si se venden. Aunque claro, se venden los que se conocen, no es algo tan neutral e inocente.

Lo que sucede cuando entramos en un espacio virtual, es que esa necesidad impuesta por el espacio físico, desaparece y uno puede vender igualmente cualquier mercancía disponible en el mercado. De hecho se reducen las ventas de los productos más importantes y proporcionalmente se reparten por aquellos que se venden menos. Y el problema es el mismo, uno compra aquello que le interesa y que conoce. Si uno ha visitado Amazon, por ejemplo, verá que cuando hace una búsqueda, la página web te recomienda una serie de productos relacionados. Unas veces los conoces y otras comienzas a mirar y seguir recomendaciones para no saber ni donde puedes acabar. Eso es una manera de estimular el consumo del cliente “especializado”. Y aquí es donde entra el concepto de tastemaker.

En un mercado tan amplio, tan desconocido, tenemos que buscar información de algún modo para respaldar nuestras compras y reducir el catastrófico costo económico que nos llevaría comprar cientos de discos a ciegas. Y es algo donde los medios de comunicación tradicionales (radio, televisión, periódicos) fracasan como erm, “aspersores” culturales por la misma razón de antes con los comercios: el espacio físico, temporal del que disponen. Así que debemos buscar una persona (un crítico, un blogger, etc.) o una entidad (una revista, un fanzine, un foro, una página web,…) que nos suministre la información que buscamos, el acceso a ese capital cultural, que goze del criterio, la fiabilidad y el gusto necesario para ayudarnos a discernir o fiarnos ciegamente de sus recomendaciones.

Esto no es ninguna novedad, y el papel de la crítica dentro de la cultura desde hace mucho tiempo cumple ese papel. Lo que sucede es que ahora, esa información es un potencial económico. Esto se puede mostrar de una manera
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u otra. Por ejemplo, el año pasado el libro más vendido por navidades en la división de Amazon en Reino Unido fue el calendario erótico de nuestra muy estimada Keeley Hazell.

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Uno recuerda que al entrar en la página, había un pequeño recuadro que llevaba directamente al producto. Lo normal sería explicarlo de este modo: la editorial paga una pasta por ese espacio y consigue un mayor número de ventas. A falta de datos que corroboren esta teoría o la que voy a exponer, tomemos esto como ejercicio de consideración: ¿y si es Amazon la que decide otorgar ese espacio por el número de consultas que se han hecho en su motor de búsqueda? Quiero decir, ya conoce de antemano la tendencia del mercado y puede hacer una estimación del beneficio que esta operación puede reportarle. Gente como Lily Allen o Arctic Monkeys ya se han beneficiado de esta forma de marketing. Tila Tequila es la persona con más amigos de MySpace y con una campaña publicitaria adecuada consiguió entrar en el top 100 de Itunes sin ningún contrato discográfico.

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Nadie pone en duda el valor que Rinse ha tenido esta emisora para catalizar y exponer todos los sonidos asociados, pero el hecho es que la emisora, el negocio, es lo primero, y lo importante es su nombre y su historia. Y Rinse como ya sabemos, no se conforma con mostrar su criterio y presentar la escena, sino re-presentarla, capitalizar ese underground y convertirlo en su negocio. Ya no es sólo el underground el que se mueve. Rinse se mueve para acercarse a toda mutación que aparezca y darle un canal para poder expresarse. De hecho, pueden actuar en sus noches de club, publicar en sus sellos discográficos, etc. Ser hegemónicos, pensar dubstep, grime y asociar esos nombres con el de la emisora.

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El segundo CD de la serie, tras el primero donde aparecía el careto del director de la emisora, es la banda sonora de la serie televisiva “Dubplate Drama”. Esta serie es un curioso experimento televisivo donde los espectadores pueden decidir si los personajes ante un conflicto (la trama de cada episodio) decide obrar bien o mal. Y claro, según la participación, la serie avanzará por terrenos inesperados o no. En realidad las tramas son muy bobas y las actuaciones recuerdan a “Al Salir de Clase” o algo por el estilo. Nada trascendente ni demasiado bueno, pero hace pasar el rato y mejor, hay un montón de música en directo.



Las vidas de los personajes discurren también por los clubs donde conocen gente y en esos clubs siempre hay una crew, un mc o un DJ que pincha algún tema para disfute del personal. Y eso, para un artista es una forma de hacerse presente, que te reconozcan por la calle, que compren tu disco, que consigas actuaciones, que causes una impresión y la gente hable de ti. Nada sorprendente que Rinse decida apropiarse de ese canal también. Por cierto, hablando del disco más dubstep que grime.

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Bueno, ayer al final me decidí y escuché la mixtape de Young Dot que tenía para descargar gratuitamente en su página de MySpace. (Mientras me he decidido a escucharla el tipo ha cambiado de nombre artístico y casi de estilo). Y claro, dije aquello de “Esto es el disco de grime del año”. O quizás dije escuchando esto “Este es el tema de grime del año”. Esa crudeza, el uso de las texturas, la angularidad y la sensación de proyección que tiene uno con el personaje de un videojuego expandiendo la energía, lo torrencial y violento del flow.

Oh, bueno, en realidad dije: ¿A quien está sampleando? ¿Quién es esa voz que canta: “I’m a sinner”?A estas alturas aún no lo he googleado.

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Wiley publica un “The best of Tunnel Vision” con los cortes seleccionados por Logan Sama y que ocupa un doble CD. La serie “Tunnel Vision” es una serie de mixtapes, que Wiley comenzó cuando se vio que no tenía ningún contrato y por tanto ningún dinero con el que vivir, así que en un periodo de menos de un año, ha publicado siete volúmenes, toditos ellos llenos de sus producciones, paranoias y burradas (el tema en el que coge “Pussy Ole” de Dizze Rascal y va parando la canción para contestar personalmente cada una de las líneas de la canción (que se supone habla sobre él). Lo obviamente fascinante de esta serie, es lo abigarrado, todo aquello que es tan descabellado y que jamás incluirías en una presentación “profesional”, todos los puntos donde se trasluce la desesperación, la urgencia y los lugares que uno no suele ver de un artista. Por eso, es curioso el dilema que presenta este recopilatorio. ¿Qué puede ofrecer a aquellos que ya tienen los originales? Y si no tienes los originales ¿qué dice eso de ti?


Porque, claro, el recopilatorio es oro puro y como disco, seguramente no tenga fallas. Es decir, que su valor cultural es más elevado. Y claro, el objetivo de Wiley, no varía de la serie al recopilatorio. Sigue queriendo sacar dinero para poder vivir de la música, pero lo que a uno se le plante como consumidor es un definirse según lo que espera de la música. Porque uno renuncia a la originalidad de la obra (la estructura, el viaje) de cada una de las entregas de la serie, por un disco que funciona mejor para nuestras aspiraciones estéticas.

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Lethal Bizzle - Police On My Back
Uploaded by seidrik
Este vídeo corresponde al nuevo single de Lethal Bizzle “Police In My Back” versión de la versión que realizaron The Clash en su tiempo con unas intenciones claramente políticas. En esta ocasión, también.

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En 2006, el candidato por el partido conservador a primer ministro del Reino Unido, David Cameron, aireó sus críticas frente a lo que el considera es la glamurosa idealización de la violencia que se hace en determinadas subculturas musicales, por ser concretos, en el hip-hop, y por tanto, el grime, que en último término sólo lleva al aumento de crímenes por arma de fuego y arma blanca. Aunque sus críticas iban referidas a DJ Westwood, todo un veterano con más de dos décadas de trabajo en la programación de la BBC, por sus frases hechas y exhortaciones sacadas de los lugares comunes del hip-hop norteamericano. Y aunque la propia emisora emitió un comunicado donde se defendía al locutor y su integridad, la respuesta más llamativa fue la que publicó Lethal Bizzle en The Guardian, exponiendo sus razones, con mayor o menor propiedad y claridad. En pleno momento culminante del ciclo de noticias, el candidato torie respondió publicando una misiva desde las páginas del Daily Mail, tachando sus razones de vergonzosas.


Lethal Bizzle - Pow! (Forward)
Uploaded by lilmarcus

Sin querer entrar al debate de si el grime refleja las situaciones cotidianas que vive un segmento de la población inglesa de forma habitual, o si estas son glorificaciones que se venden a chavales despistados de clase media-baja y que toman como un posible solución a determinados problemas, aunque uno crea que es bastante de lo primero y algo de lo segundo, pero el asunto no se despacha de forma tan sencilla*, quizás sería más conveniente centrarse en la solución estética seleccionada por el artista para responder y mostrar sus puntos de vista. Tanto David Cameron como Lethal Bizzle usan esta disputa para ayudar a sus intereses. Uno se muestra como un candidato cercano en contacto con la realidad, el otro como figura supragenérica de su estilo musical (y de este modo conseguir más ventas y publicidad).

En una visita guiada a la Mezquita de Córdoba, nos encontramos sorprendidos, al encontrar en medio de esta una catedral, grandiosa en tamaño y ciertamente integrada dentro del edificio, pero empequeñecida e intrusiva en el orden del conjunto. La respuesta fue, que en una sustitución de poder, no se modifican los lugares donde estos están representados simbólicamente para el pueblo, sino los edificios que los representan. De este modo, la primitiva Mezquita estaba asentada sobre una iglesia visigoda, y por tanto, al volver a manos del reino de Castilla, el edificio volvió a “colorearse” de manera acorde a los nuevos viejos usos. Por eso no deja de resultar curioso como la versión de The Clash, ya es un “lugar de poder”, algo que se adopta por tener adquirida una trascendencia y una admisión de no poder estar a la altura al mismo tiempo.

Graciosamente, la publicación de este single (que realmente no es la respuesta al sr. Cameron, que es esta

Lethal Bizzle - Babylon's Burning
Uploaded by Lethal-Bizzle

pero que será interpretada como tal), de esta versión soporífera ha coincidido con la presentación ante el público de la canción que será usada para la campaña del partido conservador: “You Can Get it if You Really Want” de Jimmy Cliff. Otro “lugar de poder”, otra canción habitualmente usada como vehículo para ideas políticas.
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Prueben a ver esta serie de debates que emitió el canal BET TV. Si el formato no les mata, claro.

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